BOLETÍN No. 186 –>>

• Necesaria legislación para exigir cuotas de producción nacional en radio, televisión y salas cinematográficas.
• Si en México se contara con una situación económica privilegiada y justicia social, se podrían generar más películas introspectivas y psicológicas como europeas.

El cine es una herramienta de cambio social que puede influir en la consciencia de la población para transformar la cotidianeidad, y el mexicano se enfrenta a la censura de exhibición y distribución, aunque los medios de comunicación digital son una alternativa que debe ser aprovechada; comentó el documentalista, Armando Francesco Taboada Tabone, durante su visita a la Universidad Autónoma de Aguascalientes.

Con motivo del ciclo de cine “Retrospectiva de Francesco Taboada”, se presentaron las producciones audiovisuales: “Los últimos zapatistas: últimos héroes olvidados”, “Pancho Villa, la Revolución no ha terminado”, “13 pueblos: la defensa del agua, el aire y la tierra”, “Tin Tán” y el estreno de “Maguey”, con la presencia del cineasta.

En entrevista, Taboada Tabone comentó que el sistema de la industria cinematográfica comercial de Estado Unidos y el duopolio televisivo en México han cerrado la distribución y exhibición de la producción nacional audiovisual, pero las transformaciones en México van más rápido que la imposición de dichos sistemas, por lo que gracias a una mayor disponibilidad de tecnología se han dado oportunidades para la distribución y exposición del cine mexicano. Muestra de ello es que Taboada ha exhibido sus filmes en otros países como Venezuela, Marruecos e India con gran aceptación.

El cineasta indicó que a mayor imposición, se han generado más documentales los cuales deben ser un medio para dar voz a quienes no la tienen a causa del cerco informativo en el país; por ejemplo los largometrajes “Los últimos zapatistas: últimos héroes olvidados” o “Maguey”, en la cual se plasma la vida del pueblo Otomí para recobrar sus tradiciones relacionadas a esta planta representativa de México que fue declarada por la FAO en peligro de extinción durante la década de los 80.

Al respecto, expresó que si en México se contara con una situación privilegiada en materia económica y de justicia social, se podrían generar más películas introspectivas y psicológicas como en otros países europeos, pero actualmente el documental es un gran recurso para la denuncia.

Por otra parte, indicó que la distribución de material pirata en México es una respuesta del pueblo a las compañías distribuidoras del mercado cinematográfico estadounidense, que no han logrado socializar su visión de trabajo con los mexicanos, por lo que se exige una economía popular ante el cine elitista, pues incluso el cine que se transmite por televisión es de paga.

Finalmente, indicó que los jóvenes en formación para ser cineastas deben tener construir un pensamiento y actitud crítica hacia los medios de comunicación en México y ser conscientes de su responsabilidad con la sociedad, para así luchar por ella por medio de una producción audiovisual responsable, pues México es anacrónico en diferentes rubros, uno de ellos en legislación para exigir cuotas de producción nacional en radio, televisión y salas cinematográficas.