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• Necesario aceptar los cambios sociales del siglo XXI para responder a las necesidades de la población.

Las familias no sólo son aquellas formadas por padre, madre e hijos, por lo que debe generarse programas de atención acordes a las nuevas estructuras sociales del siglo XXI. Además, es necesario incrementar los espacios para el diálogo y la cercanía física que permitan reducir la violencia al interior de los hogares. Estos son algunos de los puntos principales que abordó Antonio Bello Quiroz durante su ponencia en el III Congreso de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma de Aguascalientes.

En entrevista, el psicoanalista comentó que el evento académico del Centro de Ciencias Sociales y Humanidades de la UAA, es un importante espacio de capacitación para los profesionales y futuros egresados que deben responder y ofrecer soluciones pertinentes a las problemáticas de cada individuo de la sociedad, en especial a partir de una visión multidisciplinaria. Algunas de estas problemáticas son la violencia intrafamiliar, los celos y la infidelidad.

Al respecto, el ponente de la Escuela Libre de Psicología de Puebla, mencionó que las organizaciones llamadas familias, parejas, matrimonios o noviazgo, cuentan con menos espacios para dialogar y convivir frente a frente, lo que ha incrementado el sentimiento de soledad o abandono, por lo que es necesario generar estrategias para escuchar atentamente el sufrimiento, en especial de las personas que son víctimas de violencia.

Asimismo, expresó que aunque se ha potencializado la capacidad de comunicación a distancia, incluso a través de la imagen, por medio de la tecnología, existe una ausencia física que no permite la interacción presencial, lo cual podría estar ligado al incremento de los niveles de violencia, además de elementos como una relación familiar poco flexible y cerrada a la conversación.

Por otra parte, comentó que las familias nucleares, formadas por padre, madre e hijo, son un esquema decadente en la actualidad, pues existen nuevas pluralidades. Por ejemplo, familias extensas, monoparentales, homoparentales. Debido a esto, Bello Quiroz mencionó que es necesario reflexionar, estudiar y actuar de forma pertinente las transformaciones de la sociedad, como el legalizar las nuevas formas de agrupación de la comunidad.

Respecto al tema de infidelidad, explicó que es necesario preguntarse si este fenómeno, como problemática o práctica prohibida, ya existía desde hace tiempo. Tras lo cual dijo que se podría inferir que durante las décadas de los 30, 40 y 50 la infidelidad se toleraba y admitía por los hombres, lo que implicaba que sólo existiera una parte visible. Sin embargo, con el paso de los años se ha vuelto visible el papel de las mujeres, por lo que parece que existe un incremento de estas prácticas fuera del social del matrimonio.

De esta forma, Antonio Bello Quiroz subrayó que varias problemáticas de la población sólo se han visibilizado más, por lo que requieren de mayor atención por parte de diversos sectores sociales, científicos y pensadores.

Cabe mencionar que el representante de la Escuela Libre de Psicología de Puebla en el III Congreso de Ciencias Sociales y Humanidades, ofreció un taller sobre crimen en la pareja para los estudiantes de la Autónoma de Aguascalientes, tema en el que se ha especializado y del que ha generado varios textos, como el libro “Psicopatología de la vida en pareja: violencia, celos e infidelidad”.