BOLETÍN No. 007 –>>

• Mientras que algunas impulsan el trabajo, la acumulación de riqueza y el desarrollo académico-profesional, otras continúan priorizando las actividades religiosas o el culto.
• Algunas prácticas religiosas se han resignificado por los fieles como de buena suerte, por ejemplo, persignarse como protección o para atraer dinero.

A través de un estudio sociológico sobre religiones, se identificó cómo las creencias de los fieles pueden o no coincidir con los preceptos de algunas iglesias, y en qué medida las organizaciones religiosas fomentan en sus seguidores ideas con relación a la pobreza y la desigualdad social; comentó Genaro Zalpa Ramírez, investigador del Sociología de la Universidad Autónoma de Aguascalientes y coordinador de la Red Latinoamericana de Posgrados en Estudios sobre la Cultura (RELAPEC).

Durante un trabajo científico de tres años, Zalpa Ramírez analizó la relación de las ideas sobre la pobreza y la desigualdad social entre los fieles de las iglesias de la Luz del Mundo, la Reestructurada del Espíritu Santo, así como de los movimientos católicos de Las Milicias de San Miguel Arcángel y uno proveniente de la Juventud Obrera Cristiana; pues aunque en documentos oficiales las instituciones religiosas se promulguen respecto a las problemáticas sociales mencionadas, eso no implica que los fieles conozcan y asuman esas posturas.

Por ejemplo, explicó que al hablar del Opus Dei se podría hacer referencia al fomento del espíritu del capitalismo y el emprendedurismo, o las iglesias pentecostales que abordan una teología de la riqueza, lo cual dista de los jesuitas; por lo que dijo que es importante estudiar la relación de las religiones con la vida social. Añadió que en el caso de los Benedictinos, se apartaron del mundo para dedicarse a rezar y trabajar, lo cual generó de manera no intencionada la acumulación de riquezas y organizar el trabajo a los alrededores de sus comunidades.

Sobre los resultados de investigación, Zalpa Ramírez dijo que en las Milicias de San Miguel Arcángel, aunque la mayoría de sus miembros son de clases bajas no se preocupan por su propia situación, ni sus movimientos impulsan a mejorar su condición económica, sino que priorizan el rendir culto e incluso solventan algunos gastos derivados de las prácticas que realizan, como las peregrinaciones. Por lo que la pobreza no es percibida como una problemática.

Asimismo, la Iglesia Reestructurada del Espíritu Santo exige a los fieles contribución económica y de tiempo, quienes en su mayoría se dedican a actividades del trabajo informal, lo cual les permite flexibilidad laboral.

En contraste, la Iglesia de la Luz del Mundo en sus orígenes estuvo relacionada con la iglesia apostólica de la Fe en Cristo Jesús, que promovía un ascetismo en el que incluso se les exhortaba a no utilizar perfumes o adornos para el cuerpo; sin embargo, actualmente se aprecia el esfuerzo laboral de los fieles, se impulsa la formación académica formal hasta el nivel superior e incluso se incentiva la búsqueda de comodidades y se aprecia el goce de la riqueza; aunque también se inculca la solidaridad con los correligionarios a través de la búsqueda y oferta de trabajo.

Finalmente, externó que varios aspectos de la religión suelen estar relacionados con la buena suerte más que a preceptos teológico-religiosos, por ejemplo, encomendarse a dios para que el día sea bueno; el colocar a San Martín Caballero dentro de los negocios para atraer la fortuna; así como algunas actividades que se solicitan realizar a la par de oraciones para que las peticiones a un santo tengan efecto y se cumplan; por lo que se observa el distanciamiento de la oficialidad, aunque esto no signifique una privatización de la religión.