BOLETÍN DE PRENSA No. 404 –>>

El maestro Octavio Bajonero Gil, estuvo presente en la celebración por el quinto aniversario del Museo Nacional de la Muerte, además impartió un taller de grabado “100 años de La Catrina” e inauguró la exposición “La muerte, mi amiga”, la cual integra 24 piezas que ilustran su trayectoria artística de 50 años.

En entrevista, Bajonero Gil destacó que la muerte es la única verdad que existe, de ahí que la mayor parte de su trabajo haga alusión a ella. Para esta exposición se presenta un panorama desde las primeras piezas hasta las últimas: “un panorama general de cómo he visto yo a mi amiga, la muerte; por otro lado, he trabajado más el grabado sobre madera, que es lo que caracteriza mi obra, aunque podrán apreciar también grabado en metal, litografía y linóleo”.

Su relación con la muerte, según comentó el grabador, inició coincidentemente hace 39 años con una visita a Aguascalientes, al Museo José Guadalupe Posada; “desde entonces  ha sido un placer visitar tierras hidrocálidas, por que es como regresar a mi casa”.

Agregó que en México, “hay muerte por todos lados, vemos a la catrina, las calaveritas… y eso hace que el mexicano la vea con mucha naturalidad y de una manera muy espontánea, que hace que nuestro país sea un gran museo de la muerte; pero se me ocurrió juntar piezas que llegaron a formar una amplia colección con objetos más sofisticados y elaborados”, que es lo que hoy en día se puede observar y conocer en el Museo Nacional de la Muerte, un museo de primer mundo.

Al respecto de las casi 2 mil piezas que integran la colección del museo, el maestro Octavio Bajonero dijo que no hay alguna por la cual tenga un aprecio en particular, sino que por sus características son todas sus preferidas; sin embargo dijo que algunas tienen significados especiales. Por ejemplo la calavera de cristal de roca, “una pequeña maravilla y pieza emblemática del museo”.

Además citó un vaso maya funerario, empleado para las ofrendas para los muertos; la virgen de la buena muerte es una pieza extraordinaria; un cristo del siglo XVI elaborado con caña de maíz; por lo que invitó a la población a conocer el Museo Nacional del Museo y ser parte de las tradiciones mexicanas.

Octavio Bajonero Gil estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM, obtuvo en 1968 el Primer Premio de grabado en el Tercer Concurso Nacional de Pintura, Grabado y Escultura del Instituto Nacional de Juventud Mexicana, entre otra docena de reconocimientos y premios.

Su obra ha sido expuesta de manera colectiva e individual en  Francia, Inglaterra, Polonia, Alemania, Puerto Rico y en varios estados de la República Mexicana. Además su gran parte de su obra forma parte del acervo de varios museos del país.