Universidad Autónoma de Aguascalientes

AdánBrand

gaceta uaa
Autor: Adán Brand |

Quisiera decir que fue la encomienda 
de tejer una semana sin orillas,
sin salir de esta sala-comedor, de mi cuarto
y del espacio en que disputan
su derecho a estar la cafetera, la breve estufa,
el refrigerador, el boiler y la lavadora;

que la gradualidad
es óxido sutil que detectamos
demasiado tarde,
en un detalle apenas.
Por ejemplo:
en mis pies de pronto indiferentes
al frío salmón de los mosaicos
y a las trampas de invisibles depresiones
en el piso;

defenderme:
decir que si el polvo germinó
en la mesa y la mirada se hizo charco
fue a causa de un mandato inevitable.
¿Y honestamente quién
podría enfrentarse a su destino?

Otro -algo o alguien-
que en mí habita, aguarda y rumia
una mezcla de rencor y asombro,
ahora tira las falanges desde dentro:
me pide la verdad.

Pero sólo me transcurre una retórica
de síes condicionales; hipótesis
mediocres de mi falta de atención,
de este vaciamiento
que comienza a desbordarme.
Si no nos hubiesen obligado;
si al menos tuviésemos opción
de no arrojarnos al espacio abisal
de las pantallas;
si no hubiera o si acaso yo
si de repente…

Y ya siento cómo rabia y punza y vocifera;
cómo va llenándose de polvo y se defiende
cada vez con menos éxito
de esta cápsula de tibia grisura sin orillas
de la que digo protegerme,
aunque ya sin brío;
más bien lleno de temor,
acostumbrado
y casi diría que alegre por momentos
de flotar así,
de no pensar,
de silenciarme.