Universidad Autónoma de Aguascalientes

Enseñanza de las disciplinas artísticas durante la pandemia

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Ante la emergencia sanitaria, las instituciones educativas lograron superar los retos que impuso la educación a distancia apoyando a los estudiantes con estrategias de conectividad y equipamiento; sin embargo, la tecnología es efímera. Tanto estudiantes como profesores seguramente llegaron a experimentar un internet lento o inestable que les imposibilitó ingresar a una clase en línea, así como adaptarse a las condiciones espaciales de sus domicilios o las necesidades de conectividad de los demás integrantes de la familia para tomar sus clases. Además de los aspectos tecnológicos, muchos jóvenes tuvieron que afrontar factores emocionales, laborales y económicos; las distracciones, no sentirse incluidos en el grupo, la dificultad de adaptación a una nueva dinámica de enseñanza o el funcionamiento de las plataformas virtuales.

En el caso de las disciplinas artísticas como el cine, actuación o música, el esfuerzo fue aún mayor. El doctor Carlos Adrián Padilla Paredes, profesor de la Licenciatura en Actuación, mencionó que este programa educativo implica materias como la educación de la voz, acrobacia, combate escénico, expresión corporal, géneros dramáticos, teoría de la actuación, dirección, entre otras materias teóricas o teórico-prácticas que se deben ejercitar mediante la escritura o la teatralización. Para los docentes, el reto fue enseñar los aspectos técnicos a través de una webcam, cuando de manera presencial se muestran y corrigen posturas, desplazamientos, movimientos, entonación de la voz o expresiones cuando no se cuentan los espacios para ejecutar acrobacias o practicar las notas sin molestar a las demás personas con quienes se comparte una habitación.

Antes estas dificultades, los profesores universitarios implementaron estrategias para concentrar los aspectos teóricos y brindar tiempo a los estudiantes para realizar por su cuenta los ejercicios, lo que demandó un mayor esfuerzo tanto para los alumnos como para los profesores. Con el tiempo, otra estrategia fue gestionar que algunas de las materias fueran presenciales en espacios abiertos para subsanar el aprendizaje y el desarrollo de  habilidades. Por otra parte, la educación a distancia facilitó conectarse con actrices, actores, directores o investigadores que compartieron experiencias y enseñanzas con los estudiantes.

 

 

En el caso de la Licenciatura en Artes Cinematográficas y Audiovisuales, el doctor  Armando Andrade Zamarripa indicó que a partir del quinto semestre es cuando los estudiantes unifican los aprendizajes para llevar a cabo su plan de trabajo integral donde se requiere el acompañamiento en el proceso de realización y postproducción de cortometrajes a través de evaluaciones, tutorías, screenings de retroalimentación, los cuales tuvieron que cambiar con la pandemia.  Las dinámicas para fortalecer las habilidades de los estudiantes pasaron de ser colectivas a individuales, donde cada alumno hizo guiones, propuestas de sonido, foto, dirección, arte o producción, por lo que “el estudiante hizo de todo, fue un proceso de formación integral en todos los aspectos que atañen a la producción cinematográfica”.

 

 

Además del trabajo individual, se promovió el uso de software y aplicaciones que permitieran subsanar las prácticas en talleres y laboratorios, se ofreció el préstamo de equipo de grabación y fotografía, así como las prácticas a distancia entre estudiantes de actuación y cine, lo que permitió que se reforzaran habilidades como la actuación para cine y la dirección de actores a cuadro. Andrade Zamarripa también comentó que en este periodo a distancia se logró explorar la animación digital o el cine experimental, e identificar nuevas habilidades y talentos que antes no habían incursionado, como el video ensayo. Las materias relacionadas con habilidades técnicas se reforzaron con los cursos intersemestrales o con las actividades generadas con charlas de especialistas de las disciplinas audiovisuales.

En lo que se refiere a la Licenciatura en Música, el maestro Carlos Alberto Ávila Aréchiga, jefe del Departamento de Música, mencionó que se tuvieron que enfrentar a ciertas limitaciones propias de las plataformas virtuales, ya que muchas aplicaciones no distinguen ciertas frecuencias o los programas para videollamadas registran ciertos sonidos automáticamente como ruido. Explicó que con las clases a distancia estudiantes y profesores se enfrentaron a un primer gran reto: se entrecortaba el sonido en las prácticas de ensamble, música de cámara o de instrumento principal, esto fue muy complejo hacerlo a distancia; por otra parte, la realización de las prácticas en esas materias estaba sujeta a la calidad de conexión de todos. “Logramos sortear esa situación de la calidad del sonido”.

Estos dos años de trabajo tuvieron sus ventajas y desventajas, pero siempre se buscó apoyar a los estudiantes para contrarrestar esas carencias tecnológicas y económicas, pero sobre todo se está trabajando para reforzar habilidades y conocimientos. En la carrera de Música “hemos propuesto para los periodos intersemestrales cursos que complementen este retraso que se tuvo durante las clases a distancia para fortalecer la calidad educativa y que los estudiantes puedan completar su formación profesional”, dijo el jefe del Departamento de Música. Concluyó diciendo que los egresados de la Licenciatura en Música se están desempeñando en su campo profesional y cada vez son más requeridos por bolsas de trabajo y otras instituciones educativas. Este programa educativo de la UAA, forma profesionistas en dos áreas principales: la interpretación musical y la educación musical, aunque también hay otras áreas que se enfocan en la redacción, edición de partituras, audio o video que junto con otras proporciona una formación académica de calidad.