Universidad Autónoma de Aguascalientes

Entrevista | Reconocimiento a toda una trayectoria en la UAA: Dr. Antonio Ávila Storer

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En octubre 1977, un joven de 29 años, recién graduado de la especialidad de Cirugía Pediátrica y con una familia recién formada, comenzaba una larga y destacada trayectoria en la Universidad Autónoma de Aguascalientes, al ser nombrado jefe del Departamento de Pediatría del entonces Centro Biomédico, que incluía en aquel tiempo al Hospital Universitario Miguel Hidalgo. Nos referimos al Dr. Antonio Ávila Storer, quien nos comparte en esta edición de la Gaceta Universitaria algunos aspectos de su trayectoria académica y como funcionario universitario: desde la colaboración que tuvo con la mayoría de los rectores de la institución, su gestión como decano del Centro Biomédico, como rector de la UAA en dos periodos (1999-2001 y 2002-2004), hasta su designación por el Honorable Consejo Universitario, hace nueve años, como integrante de la Junta de Gobierno, periodo que concluye este 2021 en coincidencia con el inicio de su jubilación como profesor a partir del 1 de febrero.

¿Qué fue lo que más disfrutó durante estos más de 40 años de trayectoria?

Llegué como muchos jóvenes: en búsqueda de un trabajo para irme fincando un porvenir. Generosamente la Universidad Autónoma de Aguascalientes, a través del Hospital Universitario Miguel Hidalgo, me abrió sus puertas hace más de 43 años. En el aspecto profesional, yo he tenido dos pasiones que empezaron de manera muy temprana: cuando yo estudiaba en la UNAM (1967) me invitaron a participar como ayudante de profesor; entonces, ahí comencé la dualidad de dedicar mi vida a la medicina y a la docencia. Esas dos grandes pasiones las pude conjuntar aquí en la UAA, ya que mis primeras obligaciones laborales fueron la impartición de clases de pediatría, al mismo tiempo que fungía como cirujano pediatra en el hospital, de tal forma que ejercí cargos que corresponden a los de un médico, como director del hospital universitario o decano, por lo que también desempeñaba funciones administrativas. Por otra parte, en aquel tiempo había muchos proyectos con visión y perspectiva a futuro pero aún poco construido, visualizábamos el portento que hoy es la UAA, pero lo veíamos muy lejano. A mí me da gusto haber participado en ese crecimiento y transformación de la universidad. Desde siempre, la docencia ha sido una parte fundamental de mi vida, cuando yo era rector les decía a mis colaboradores que nuestra labor como docentes era ayudar a los estudiantes en la adquisición de conocimientos, mientras que ser funcionarios universitarios era un accidente, un tanto provocado, pero finalmente algo momentáneo. Siempre seremos profesores, no solo en el aspecto cognitivo, sino también en el desarrollo moral de los jóvenes y para ello no hay nada mejor que ser un ejemplo. Para mí, la docencia es un don preciado que tuve la oportunidad de ejercer hasta las últimas calificaciones que entregué hace algunas semanas; tengo muchos gratos recuerdos de la docencia, de la administración y de otras tantas experiencias que hemos vivido en la transformación de la UAA.

Respecto a este desarrollo y crecimiento que ha tenido la UAA, ¿cuáles son los aspectos que más le llaman la atención?

Sin duda, el crecimiento de la matrícula y la habilitación de los académicos. Con el paso de los años, una gran cantidad de profesores cuentan con niveles de doctorado y maestría, lo cual habla de una planta docente mucho mejor preparada. Por otra parte, los alumnos de ahora cuentan con mejores habilidades tecnológicas, a causa de la pandemia tuve que comprar una computadora mucho mejor equipada para poder impartir las clases en línea y he aprendido mucho más sobre estas nuevas plataformas, pero los jóvenes tienen esa facilidad con las tecnologías: tienen a su alcance una mina de información muy valiosa, algo que para nosotros era muy difícil. Esos aspectos son los que más me sorprenden: la capacitación constante de los académicos y las habilidades de nuestros alumnos; aunque debo admitir que tristemente, por lo menos para mí, la adquisición de conocimiento se ha vuelto demasiado pragmática, es decir, la gente busca adquirir conocimientos que tengan un resultado inmediato en su vida, dejando de lado el conocimiento de los grandes autores o el placer de leer. Creo que la humanidad se ha hecho más pragmática y menos romántica. El conocimiento es valioso por sí mismo, aunque no tenga una aplicación inmediata.

Más de alguna vez lo vimos en Polifonía Universitaria o en Cinema Universidad…

Sí, yo siempre he pensado en la formación integral del ser humano, siempre que me era posible asistía a los conciertos de Polifonía y asistía con cierta regularidad a los ciclos de cine. Me gusta el cine, la música y me gusta leer de todo; una de las cosas que más he disfrutado en ese aspecto cultural fue la creación del Ensamble Real de Jóvenes Universitarios, porque si bien ya existían programas y actividades culturales consolidadas, durante mi gestión nos dimos cuenta de que hacía falta una agrupación en la que se mostrara el talento y la afición de los universitarios por la música. El ensamble es un proyecto muy interesante aún vigente, lo cual confirma el talento de los jóvenes y su interés por las bellas artes.

¿Cómo visualiza a la Universidad Autónoma de Aguascalientes en un futuro?

Yo pienso que la universidad debe fijar sus límites de crecimiento, más que los aspectos cuantitativos (con todo el respeto que merecen aquellos que piensan diferente) debe centrarse principalmente en los aspectos cualitativos. Si tenemos una institución de mucha calidad, debemos aspirar a ser una universidad con una calidad excepcional. Tenemos que brindar a los jóvenes la educación que demanda el contexto actual, además de apoyar el nacimiento de otras instituciones educativas. También creo que se debe fortalecer el posgrado. Nuestros programas de maestría y doctorado cuentan con parámetros de excelencia, pero la población en este nivel es muy pequeña y la sociedad también demanda programas profesionalizantes.

¿Qué significó para usted formar parte de la Honorable Junta de Gobierno?

Fue una distinción, quizá inmerecida, que me hizo el Honorable Consejo Universitario. Llegar a este órgano colegiado me dio la oportunidad de aprender, fueron nueve años muy interesantes y pude ver la administración institucional desde otra perspectiva. En 2019, me tocó tener una participación más activa como secretario: me correspondió organizar ciertos aspectos del proceso de designación de autoridades, conocer a las personas que en su momento estuvieron como candidatos fue una muy grata experiencia. En la Junta de Gobierno siempre ha existido un ambiente de compañerismo, en el 2020, ya como presidente y en la medida que la pandemia nos lo permitió, siempre traté de transmitir experiencias y orientar a los nuevos integrantes.

¿Qué se lleva de la Universidad Autónoma de Aguascalientes?

La UAA ha sido una enseñanza en mi vida, me llevo muchas cosas: estar frente a los alumnos impartiendo cátedra, atender problemas graves de salud durante mi tiempo en el hospital, el trabajo arduo como funcionario universitario, entre muchas otras cosas. Aquí encontré muchas experiencias, conocí a personas muy valiosas e inteligentes, así como a estudiantes muy sobresalientes; todos encariñados con la institución y eso es algo que no se debe perder: el amor por la UAA y por nuestros compañeros universitarios. Recordemos que la sociedad nos ha encomendado la formación de sus cuadros profesionales, algo fundamental en el desarrollo del estado y de nuestro país. Entonces, estamos en una universidad muy importante.

Finalmente, estamos en una época donde se está dando un relevo generacional, ¿qué mensaje puede dar a esas nuevas generaciones de universitarios?

Yo les recomiendo a todos pensar en lo trascendente que resulta nuestro trabajo dentro de la Universidad Autónoma: desde el profesor que imparte clase durante dos horas, el bibliotecario o el personal que mantiene al día los equipos de los laboratorios… todos desarrollan actividades esenciales y su trabajo genera múltiples beneficios. Soy hijo de una universidad pública y siempre he trabajado en una universidad pública y, a pesar de todo lo que digan, esta representa un lugar donde impulsamos la superación de las personas y aportamos a la movilidad social para contar con mejores ciudadanos.