Universidad Autónoma de Aguascalientes

Incertidumbre laboral para los nuevos profesionistas

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A pesar de las dificultades, la vida de las universidades no se ha detenido. Durante este periodo de pandemia, los jóvenes del nivel superior tuvieron que enfrentarse no solo a los retos de las clases virtuales, la realización de trámites y titulación a distancia, sino también a la primera búsqueda de empleo.

Al respecto, la doctora Guadalupe Ruiz Cuéllar, profesora e investigadora del Departamento de Educación, dijo que si bien en condiciones normales conseguir un buen empleo es difícil para los nuevos profesionistas, con esta emergencia sanitaria el panorama se complicó aún más.

Al hacer referencia a la Encuesta Nacional de Egresados 2019, elaborada por la Universidad del Valle de México para analizar el mercado de trabajo y la trayectoria laboral, precisó que los resultados muestran indicadores preocupantes y escenarios más adversos respecto de 2017 y 2018. El año pasado se registró una mayor dificultad para conseguir empleo, jornadas laborales cortas y una retribución promedio más reducida.

Sin duda, el sentimiento que permea es la incertidumbre. La pandemia de la covid-19 ha provocado un impacto muy fuerte en la economía, por lo que constituye un panorama muy complejo para los profesionistas recién egresados, marcado en gran medida por el escepticismo.

La académica universitaria reiteró que hoy en día conseguir un empleo se ha tornado más difícil frente a estas circunstancias críticas para la economía, porque los nuevos egresados tienen que competir con los nuevos desempleados. Al respecto, señaló que los recién egresados de la educación superior tendrán que enfrentarse a una difícil situación y, con toda seguridad, a empleos poco convenientes y con una baja remuneración. Pocos trabajos y precarios para los nuevos profesionistas.

Aunado a lo anterior, el doctor Rubén Macías Acosta, jefe del Departamento de Economía, coincidió en que los recién graduados, incluso aquellos que egresarán en las generaciones del 2021 al 2025, tendrán problemas para insertarse en el mundo del trabajo no solo por la competencia con los desempleados víctimas de las medidas establecidas por el confinamiento, sino por la poca o nula experiencia (factor importante para las empresas al considerar gastos y tiempo de capacitación) y por la recuperación económica.

Otro factor a considerar son las condiciones propias de cada profesión. La doctora Guadalupe Ruiz Cuéllar explicó que a partir de la diversidad de opciones de estudio que imparten las universidades, cada profesión enfrenta sus propias condiciones en función del mercado laboral, pues no es lo mismo egresar de la carrera de Derecho, Administración de Empresas u otras disciplinas de alta demanda, que Historia, Filosofía o Sociología.

El posgrado como una alternativa de ingreso

La formación adicional que brinda el posgrado dota de una especialización mayor, lo cual brinda mayores herramientas, pero no necesariamente una maestría o un doctorado garantizan encontrar mejores oportunidades laborales. La doctora Ruiz Cuéllar agregó que algunas empresas no están preparadas para un egresado de posgrado, ya que difícilmente otorgarán un salario más alto y mejores condiciones, cuando no están en una situación financiera óptima o simplemente no están dispuestas. “Es un hecho que a los posgrados llegan estudiantes cada vez más jóvenes, ya que muchas de las maestrías y los doctorados cuentan con becas, que en la mayoría de los casos, representan una opción más viable de mantenimiento comparado con el ingreso económico que te da un empleo”, indicó.

No obstante, como un escenario en el que los jóvenes amplían su formación mientras se encaminan en el cada vez más complejo mercado de trabajo, estudiar un posgrado es una opción, pero es importante que haya una clara motivación de estudio para responder las demandas que implica un programa con reconocimiento de calidad.

Alternativas para los recién egresados

Ante el panorama de incertidumbre, es necesario que los jóvenes traten de repensar su vida laboral. Una alternativa es el emprendedurismo, que tampoco es sencillo y no todas las profesiones se prestan para ello; otra, es mejorar las habilidades que les permitan competir por un puesto de trabajo.

Al respecto, el doctor Rubén Macías Acosta dijo que los nuevos profesionistas están en desventaja frente a la experiencia laboral que tiene la cifra de los desempleados que ha aumentado a raíz de la pandemia. Por ello, los jóvenes deben considerar adquirir nuevas aptitudes y enfocar su búsqueda hacia las organizaciones que han subsistido gracias a que desempeñan actividades esenciales, o bien, en aquellas empresas que están repuntando debido a los nuevos patrones de consumo.

Entre los sectores que han incrementado sus actividades destaca el comercio electrónico, la mensajería, las telecomunicaciones, la industria farmacéutica y la comercialización de productos de limpieza e higiene, las cuales representan una oportunidad para emprender: “los egresados pueden adaptar su perfil profesional a alguna de estas actividades y aprovechar el potencial que tienen respecto al dominio de las nuevas tecnologías de información y comunicación”.

La responsabilidad de las universidades

Frente a este contexto, las instituciones educativas deben prever la implementación de modelos híbridos, para que los estudiantes se vayan familiarizando con este esquema de trabajo a distancia que es una realidad y llegó para quedarse, sobre todo en las organizaciones internacionales donde se privilegian las videoconferencias y las plataformas digitales, comentó el jefe del Departamento de Economía, Rubén Macías Acosta.

El reto de las universidades será lograr una efectiva enseñanza a distancia donde los académicos puedan compartir el conocimiento de la misma manera en que lo hacen en las aulas. En este sentido, apuntó que tendrán que generar nuevas actividades que contengan el mismo nivel de conocimiento y aprendizaje, que garanticen que los estudiantes van a estar habilitados para desarrollar las funciones de su puesto de trabajo.

Por su parte, la doctora Guadalupe Ruiz Cuéllar, académica del Departamento de Educación, mencionó que la cuestión del egreso no solo es responsabilidad única de las instituciones de educación superior, sino también del gobierno y de los empleadores para poder identificar, sobre todo en el ámbito de esta pandemia, qué se necesita de los profesionistas, con el propósito de diseñar desde programas de corta duración hasta generar una oferta educativa accesible que facilite la adquisición de habilidades para la economía global y el trabajo a distancia.

Probablemente puedan crearse modelos híbridos o programas presenciales con un fuerte componente virtual que beneficie a docentes y alumnos. “Debemos pensar en cómo formar a los jóvenes para estos nuevos ambientes, que ojalá no sean los que predominen en la nueva normalidad, porque yo sí creo que la convivencia y la interacción presencial es fundamental para el desarrollo personal”, puntualizó la académica.