Universidad Autónoma de Aguascalientes

Impacto de la pandemia en la economía local: el caso de Villa Hidalgo, Jalisco.

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Colaboración | Brandon Arturo Gómez Esparza, estudiante Lic. en Mercadotecnia, 8° semestre

Para algunos, parecerá extraño ver el nombre de este municipio jalisciense en esta publicación de la Universidad Autónoma de Aguascalientes; quizá otros no le den importancia, pero, para muchos otros, representa un lazo significativo. Por si las dudas, quiero contarles un poco acerca de este terruño de los Altos de Jalisco que, además de vestir a una gran parte de la población de Aguascalientes y del país, ha visto nacer a grandes empresarios y profesionistas que han dejado huella en el estado de la Gente Buena, por cierto, orgullosamente Gallos muchos de ellos.

Villa Hidalgo es un municipio jalisciense que, al igual de Encarnación de Díaz, colinda con los límites de Aguascalientes, y por la cercanía con nuestra capital, se han creado bastantes lazos comerciales y familiares que los han convertido prácticamente en nuestros hermanos. Dicho municipio, desde hace más de medio siglo, se ha distinguido por su excelente desempeño en la industria textil, llevando como estandarte el tejido de punto, el diseño y fabricación de prendas así como su comercialización en más de 2,500 tiendas, que año con año reciben a miles de turistas provenientes de todos los estados de la República Mexicana.

Para el villahidalguense que escribe esto, siempre es un orgullo presumir a su cuna natal y destacar que en Paso de Sotos (nombre original del municipio) siempre encontrarán mentes creativas y manos trabajadoras, hombres y mujeres que día a día luchan por salir adelante confeccionando y comercializando un sinfín de prendas de vestir.

Pero, ¿qué sucede cuando una pandemia originada por un virus nos obliga a detener toda actividad? Los mexicanos no estábamos preparados para ello, para cambiar nuestras actividades cotidianas por un confinamiento. Sin duda alguna, Villa Hidalgo no estaba preparado para frenar su única fuente de ingresos. Esta situación plantea un reto para todos: no podemos caer en la desesperación, sin embargo genera incertidumbre para las pequeñas y medianas empresas saber si podrán o no, salir victoriosos de la batalla.

El tiempo pasa. Las necesidades y compromisos económicos no esperan. Muchos jefes de familia están desempleados, muchas madres sin costura para confeccionar. Miles de locales obligados a permanecer con sus puertas cerradas, sin oportunidad de ofrecer sus productos, anuncian una desolada capital alteña de la moda. Quienes visitan Villa Hidalgo, clientes asiduos y nuevos turistas, llegan no sólo para comprar ropa, sino también para degustar alguno de los diversos antojitos que ahí se ofrecen, que representan igualmente otra forma de sustento para muchas familias. En Villa Hidalgo somos más que sólo ropa.

 

Conforme avanza esta crisis sanitaria, actualmente en Fase 3, las medidas son cada vez más estrictas, los espacios públicos y nuestros recintos proveedores de fe están cerrados, el toque de queda y la ley seca incomodan a muchos; pero todo es por nuestro bienestar.

Bien dicen que las crisis siempre sacan lo mejor de nosotros, y los de Villa no se quedan con los brazos cruzados. Con la creatividad que los caracteriza, y con la necesidad de mantener a flote el negocio, se han implementado nuevos sistemas de ventas a través de internet; para muchos desconocido hasta hace algunas semanas. Con estas estrategias de comercialización en línea, pretenden ofrecer sus productos, pero sobre todo buscan pelear por permanecer en una batalla donde la industria textil pasa a segundo término.

“Si no nos mata el virus, nos mata el hambre”, dijo un anciano en medio de toda esta crisis. Una frase que, sin duda, retumba y mueve todos los sentimientos, pero que además motiva a sacar la mejor versión de los villahidalguenses, una sociedad que se organiza y sale a las calles a repartir víveres. Ante la incertidumbre, la solidaridad y la unión son una luz de  esperanza, son las mejores armas que tiene la gente.