Universidad Autónoma de Aguascalientes

Construcciones socioculturales frente al diagnóstico de VPH en las mujeres

gaceta uaa

Los procesos de investigación que surgen en el posgrado han contribuido en la ampliación del conocimiento, tal es el caso de las tesis del Doctorado en Estudios Socioculturales que imparte la UAA a través del Centro de Ciencias Sociales y Humanidades.

La tesis doctoral “Construcciones socioculturales frente al diagnóstico de VPH en las mujeres”, fue realizada desde la investigación cualitativa por Mariely Acosta Álvarez, profesora investigadora del Departamento de Enfermería del Centro de Ciencias de la Salud.

La idea de abordar este tema surge desde los estudios de maestría donde trabajó con otras académicas del país en un proyecto de auto toma vaginal en comunidades alejadas de la ciudad San Luis Potosí para propiciar que las mujeres pudieran realizarse por ellas mismas las toma de muestra para el papanicolau; y posteriormente, con su participación en un proyecto similar en el Instituto Nacional de Salud Pública para evaluar desde el aspecto cualitativo la experiencia de las mujeres ante la auto toma vaginal.

Ante el estigma que provocan las infecciones de transmisión sexual, así como la discriminación y violencia debido a la creencia de que las personas contraen infecciones como el Virus de Papiloma Humano (VPH) por la falta de cuidado, la promiscuidad o, incluso, por los aspectos culturales y la vulnerabilidad que sienten las mujeres al exponerse a las revisiones ginecológicas se propuso un acercamiento a las experiencias de las mujeres que se enfrentan al diagnóstico del virus del papiloma humano (VPH).

 La investigación, realizada durante el periodo de la pandemia, implicó la realización de entrevistas a distancia y usando el muestreo de bola de nieve (técnica donde un sujeto de estudio proporciona el nombre de otro al investigador, y así sucesivamente). Los principales resultados permitieron conocer las experiencias de otras mujeres a partir de tres categorías vistas desde la perspectiva del género y la salud:

 

  1. Experiencias de atención con profesionales de la salud. Se evaluó cómo fueron atendidas por enfermeros(as) y médicos(as); cómo se sintieron; cómo se manifiesta ese estigma hacia las pacientes con diagnóstico de VPH, tales como la falta de privacidad, sentirse expuesta, regaños, cuestionamiento sobre sus parejas sexuales, sentir que se les brinda poca información, violencia ginecológica o procesos de atención traumáticos. Lamentablemente, el profesional de la salud es quien decide qué y cómo informar a las pacientes, por ejemplo muchas veces no se informa el diagnóstico de VPH, por lo que ocasiona que las pacientes no puedan tomar decisiones como el uso de condón en nuevas relaciones, separarse o no de la pareja; o decidir o no cambiar el estilo de vida para mejorar el sistema inmunológico con el propósito de que el propio organismo pueda desechar el virus.

 

  1. Experiencias emocionales y el estigma social en mujeres que vivieron el diagnóstico de VPH. En esta categoría se integra el miedo a relacionar un diagnóstico con cáncer, lo cual es un mito ya que aunque tiene una relación no debe verse el diagnóstico como una sentencia de muerte. También hay enojo, coraje o tristeza al saber un diagnóstico y la posibilidad de que la pareja haya propiciado el contagio; “hay mujeres que se sienten sucias, con pena o vergüenza hacía ellas mismas; también experimentan emociones como la preocupación, se sienten solas o en la incertidumbre.

 

  1. Impacto corporal – sexual y en las redes de apoyo en las mujeres que experimentaron el diagnóstico de VPH. En esta categoría, la investigadora Mariely Acosta Álvarez identificó las experiencias físicas como el dolor que enfrentan las mujeres. Aunque no hay una cura para el VPH, sí existen tratamientos invasivos como la crioterapia, la electrocauterización o la conización cervical, un procedimiento quirúrgico del cuello de la matriz con el que se extirpa la lesión para evitar que se propague la infección. Estos procedimientos son dolorosos que en muchos casos, las mujeres tienen que enfrentar solas.

 

Hay mucha estigmatización alrededor de una infección de transmisión sexual por todo lo que conlleva, desde responsabilizar a alguien porque no se protegió o no hizo lo que tenía que hacer; y después porque está relacionado con una violación sexual. Hay muchas personas que creen que el VPH se transmite por una persona que ha tenido muchas parejas sexuales, lo cual en la mujer afecta más y genera otros calificativos.

Aunado a lo anterior, Mariely Acosta Álvarez explicó que ese estigma provoca discriminación y violencia de la generalidad de las personas, de sus parejas y del propio personal (medicina especializada  o enfermería) de la salud que las llega a atender. Pero, la realidad es que una infección como el VPH se puede llegar a contraer a partir de un único acto sexual o incluso sin llegar a tener penetración, pues tan solo el roce de las mucosas o contacto con la piel. “Ahí es donde se encuentran muchas de esas construcciones socioculturales que, alrededor de esa infección, afectan el proceso de salud-enfermedad de una paciente”.

Finalmente, Mariely Acosta Álvarez destacó que como parte de la investigación se preguntó a las mujeres entrevistadas enviar un mensaje a los profesionales de la salud para evitar estas situaciones estigmatizantes o las malas experiencias. Los más relevantes fueron “No soy un objeto, soy una persona, trátame bien”, “No te molestes profesional de la salud si te pregunto, cuestiono o no estoy de acuerdo con lo que me quieras hacer”. Por lo que es urgente que el personal médico se capacite, sea más empático con las mujeres que atraviesan un proceso como este, y les proporcionen toda la información necesaria para que ellas puedan decidir sobre el tratamiento.

 

Cómo identificar violencia ginecológica

 Falta de información o información ambigua; que no responden a tus preguntas como paciente

  • Tocamientos indebidos durante la consulta o que el personal de la salud no indique el procedimiento a realizar
  • Revisiones físicas no necesarias o prácticas inadecuadas
  • Regaños, estigmatización o juicios sobre la vida o práctica sexual, orientación sexual o identidad de género
  • Juicios o comentarios inapropiados o descalificadores sobre tu cuerpo
  • Intervenciones o tratamientos no autorizados por la paciente
  • Manifestaciones claras de acoso y situaciones que te hagan sentir incómoda