Universidad Autónoma de Aguascalientes

Colaboración: M. en M. José de Jesús Cerrillo López, director artístico del Ensamble Real de Jóvenes Universitarios

 La creatividad artística es propia del ser humano y es en esta actividad que se debe educar más a los jóvenes para que resurja nuevamente el estudiante humano y despierto, el ser creador y soñador que persigue un ideal por el cual estudiar, trabajar y vivir.

El arte tiene la magia de provocar en el individuo, como la ha tenido desde la prehistoria, un encuentro y una toma de conciencia de uno mismo, de activar su imaginación y su emoción, de descubrir sus sentimientos y el contacto natural con su ser interior, -el cual es el más importante y elemental para el desarrollo integral como humano-.

Se ha investigado mucho sobre el efecto cognitivo y el desarrollo intelectual  con la ejecución de una disciplina artística; pero, ¿cuánto conocemos y cuánto valoramos nuestra esencia humana al desarrollarnos y ejercitarnos en una actividad artística? ¿Realmente conocemos nuestro “capital” humano? ¿Sabemos del gran beneficio personal que es, por ejemplo, la actividad social que se desarrolla al integrarse a un grupo artístico en donde existe una convivencia humana, la cual se pierde cada vez más por el inevitable individualismo en el que han caído los estudiantes al estar apegados todo el día a un aparato celular y otros elementos tecnológicos?

De acuerdo con Jesús Guillén, “la Educación Artística resulta imprescindible porque permite a los alumnos adquirir toda una serie de competencias socioemocionales básicas para su desarrollo personal y que, además, los hacen más felices. Y ése es el verdadero aprendizaje, el que les prepara para la vida. El cerebro humano, que es un órgano complejo en continua reestructuración, agradece los retos y necesita el arte”[1].

Por lo tanto, los estudiantes deben estar en la libertad de buscar sus facultades expresivas, en un compromiso conjunto con el desarrollo de sus capacidades receptivas y perceptivas. H. Gardner, por ejemplo, menciona en su libro de Educación artística y desarrollo humano que “la educación artística ha continuado siendo considerada un vehículo para fomentar la autoexpresión, la imaginación, la creatividad y el conocimiento de la propia vida afectiva”.[2]

En el Departamento de Actividades Artísticas y Culturales (DAAC) del Centro de Educación Media de la Universidad Autónoma de Aguascalientes existen excelentes talleres y grupos artísticos que forman tanto a los estudiantes de bachillerato como de licenciatura a través de actividades culturales que van forjando su educación artística, así como una significativa formación humanista.

En el DAAC se enseñan  las artes escénicas, plásticas y música. De igual manera, se han formado algunos de los  grupos representativos de  nuestra Casa de Estudios que han sobresalido a nivel nacional e internacional, como el Taller de Danza Polinesia, la Tuna Universitaria, el Taller de Música Tradicional y el Ensamble Real de Jóvenes Universitarios, los cuales son una muestra del talento que existe entre los aguascalentenses y en un futuro serán quienes coordinen el desarrollo artístico musical de nuestro estado.

[1] Guillen, J. (2015). ¿Por qué el cerebro humano necesita el arte? Recuperado el 13 de diciembre de 2018, de: https://escuelaconcerebro.wordpress.com/2015/01/31/por-que-el-cerebro-humano-necesita-el-arte/

[2] Gardner, H. (2010). Educación artística y desarrollo humano. Barcelona. Paidós Educador.