Universidad Autónoma de Aguascalientes

María Elena Siqueiros Delgado, legado para el conocimiento de la diversidad biológica de Aguascalientes

gaceta uaa

La doctora María Elena Siqueiros Delgado egresó de la primera generación de la carrera de Biología (1974-1979) de la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Tuvo la fortuna de formar parte de esta institución desde sus inicios: “cuando no había nada y con solo dos profesores para todas las clases de un grupo de diez estudiantes”, nos cuenta en una entrevista para esta Gaceta, justo semanas después de cerrar su ciclo como profesora e investigadora en el Departamento de Biología del Centro de Ciencias Básicas, después de 38 años de labor docente.

Realizó estudios de posgrado en la Universidad Autónoma de Chihuahua, donde concluyó la Maestría en Manejo de Pastizales en 1996; posteriormente el Doctorado en Sistemática Vegetal en la Claremont Graduate University de California, Estados Unidos, así como un postdoctorado en Sistemática Vegetal, en la Universitè du Rennes en Francia. Junto con la doctora Margarita de la Cerda Lemus (Q.E.P.D) impulsó el Herbario de la UAA, un espacio al que se fueron sumando muchos académicos, egresados y estudiantes.

¿Cómo inició su trayectoria en la Universidad?

Cuando terminé la carrera en 1979, me fui a Chihuahua a cursar la maestría hasta que en 1982 participé en un concurso de oposición  en la Universidad, desde entonces comencé mi trayectoria académica. Tengo muy buenos recuerdos de todos estos años, ser maestra es una bendición porque uno se mantiene joven gracias a todos los estudiantes; de nosotros depende todo aquello que proyectamos y les dejamos. En 1996, me fui a Estados Unidos para realizar el doctorado, estuve allá durante cinco años y en ese tiempo se abrieron las puertas para muchas cosas. Para mí ser docente implica dar al mismo tiempo conocimiento y diversión, clases muy amenas y experiencia, además de dar una parte de nuestra esencia, de lo que somos. Me jubilé a partir del 1 de febrero de este 2021, en medio de esta pandemia, lo cual me hizo analizar que los estudiantes también necesitan nuevos académicos con conocimientos más frescos. Es de sabios saber cuándo retirarte. Estos 38 años de trabajo en la Universidad fueron maravillosos. Ser docente significa dar y recibir, nosotros también aprendemos mucho de los alumnos; por otra parte, la UAA es un gran patrón, pues te da la oportunidad de continuar con tu formación y crecer a nivel personal, solo tenemos que salir de nuestra zona de confort.

¿Qué es lo que más va a extrañar de la Universidad?

Yo pienso que mi espacio de trabajo con los estudiantes, mi compañera del alma se fue y otros más se han ido jubilando… yo pienso que voy a extrañar a mis estudiantes, verlos llegar al Herbario. Todo el quehacer universitario es lo que se extraña pero ya cuando te vas a jubilar, tienes que estar bien decidida; además, esta nueva etapa es una oportunidad para hacer otras cosas, yo pensaba viajar pero con esta pandemia todo se cebó, ya habrá tiempo de hacerlo más adelante. Estoy muy feliz y muy agradecida de haber trabajado en esta Institución tan hermosa.

¿Qué retos tendrán que enfrentar los nuevos académicos?

Yo creo que ser genuinos y darles una parte de sí mismo, los estudiantes pueden encontrar el conocimiento en cualquier parte, pero la manera en cómo les llega el conocimiento, es lo más importante: lograr que aquello que transmites les entre por el corazón porque esa es la única forma en la que realmente van a retener algo. Un maestro debe dar información y formación a los jóvenes aunque estén en la universidad, siempre hay cosas por aprender de los demás; yo creo que el reto principal es estar siempre actualizado y dar lo mejor de ti: conocimiento, experiencias y personalidad, debemos ser maestros completos para tener una mejor sociedad y un mejor país.

El árbol de la manita

Chiranthodendron pentadactylon, mejor conocido como el árbol de la manita, es una especie  endémica del sureste de México, junto con Guatemala y Honduras, que se localiza en los bosques mesófilos y de pino-encino. Es usada en la medicina tradicional, es el emblema de la Sociedad Botánica de México y un referente en la historia de Guatemala, lamentablemente ha sido poco estudiado y está en peligro de extinción. Por ello, Diana Gabriela Hernández Langford, estudiante del Doctorado en Ciencias Biológicas se interesó por investigar sobre esta especie con el proyecto “Diversidad genética de Chiranthodendron pentadactylon, especie endémica del sureste Mexicano y Guatemala” en conjunto con la doctora María Elena Siqueiros Delgado, uno de los últimos estudios en los que participó previo a la jubilación, que permitió conocer la evolución y desarrollo de la especie que concluyó con aportaciones históricas y ecológicas, ya que el objetivo era evaluar si la especie avanzaba o se reducía ante los efectos del Istmo de Tehuantepec y el Eje Neovolcánico, así como el cambio climático.

Árbol de la manita (Chiranthodendron pentadactylon) Fotografía cortesía Dra. María Elena Siqueiros Delgado

¿Qué es lo más gratificante de estudiar la naturaleza?

Este tipo de trabajo es muy emocionante, a mí me encanta la coleta de ejemplares, es lo más interesante de cualquier proyecto porque se convive y se aprende mucho. Con el proyecto del árbol de la manita nos adentramos al bosque, cerca de un volcán para encontrarlo, y eso fue una experiencia maravillosa. No solo para esta especie, durante muchos años investigué sobre pasto forrajero nativo de América; otro proyecto con el que estuve trabajando toda la vida y que implicaba la búsqueda en campo, fue La Flora de Aguascalientes y está próximo a publicarse. En un inicio, Margarita de la Cerda y yo salíamos cada semana a colectar, esa fue una de las actividades más importantes para este proyecto de botánica: más de 30 años recolectando las especies que se mostrarán en este libro editado por la UAA. Por otra parte, La vegetación de Aguascalientes fue otro proyecto importante que concluyó en la publicación de un libro. Hicimos muestreos en todo el estado y caracterizamos cada una de las zonas hasta agruparlas en subtipos; por lo que este libro también es una valiosa herramienta para el conocimiento de la vegetación, su descripción, sus índices de diversidad y los listados florísticos y las asociaciones que se dan entre cada tipo. Ahora que ya estoy fuera de la Universidad y que veo en retrospectiva lo que hicimos, me siento muy contenta y satisfecha porque son proyectos de gran utilidad para el estudio y el conocimiento del medio ambiente; se publicó otro libro sobre pastizales y está en revisión uno más sobre la flora monocotiledónea, pero sin duda La Flora de Aguascalientes ha sido el proyecto más largo, con el que comencé mi trayectoria y con el cual me despido.

La Flora de Aguascalientes

Es un libro en proceso de edición que contiene cerca de 2 mil especies nativas e introducidas presentes en nuestro estado. En él se resume el trabajo de todos los académicos del Herbario del Departamento de Biología por más de 30 años. “Lo interesante de este libro es conocer los usos de las plantas, será un instrumento valioso. Para mí es una gran satisfacción ver que este trabajo será publicado y podrá ser un referente bibliográfico útil para otras investigaciones y para las instancias que laboran con los recursos naturales”.